miércoles, 30 de mayo de 2007

CARTA DE UN AMIGO

Carta de un amigo

Hola, ¿cómo estás?:

Hace muchos años que camino a tu lado, esperando que me des tu atención, no obstante, siempre estoy pendiente de ti, de tu seguridad, de tu bienestar, de tu felicidad.

Yo te elegí por hermano hace muchos tiempo, aún antes de que el tiempo existiera; tú eres un ser especial, tan especial como todo el género humano y yo le aseguré a mi Padre que no perdería ninguno de esos hijos suyos que me confió.

Tal vez no lo recuerdes, pero cuando eras pequeño yo corría a tu lado y en mas de una ocasión te tuve en mis brazos para que no murieras. En aquellos tiempos, tu madre te enseñó alguna oración y cuando la recitabas, mi corazón se llenaba de gozo. Después creciste y tu desarrollo intelectual te fue alejando de mi, sin que tú te dieses cuenta, pero yo soy siempre fiel y jamás me separé de ti. ¿Recuerdas aquel accidente con los cohetes?, yo estaba a tu lado en el cuerpo de tu hermano para auxiliarte, y después, durante tu convalecencia estuve en las manos de tu madre para curarte.

Después creciste y aunque tú no pensabas en mi, yo sabía que me buscabas y eso me llenaba de alegría. Tú, como todos los hombres, tienes un camino trazado, pero también tienes libre albedrío; al final llegarás a tu destino, pero tal vez tomes un camino largo y difícil, o uno mas llano y agradable, aunque cuidado, pues en ocasiones el camino que se ve mas agradable no es el camino correcto.

Recordarás que en alguna ocasión caminaste por sendas que no llevan al Padre, pero siempre estuve a tu lado, susurrándote al oído para que corrigieses el rumbo; afortunadamente me escuchaste, aunque nunca pensaste en mi.

Años después llegaron tus hijos y yo compartí tu gozo, pues cada ser que llega a este mundo, yo lo acojo en mi corazón, pues es un envío de mi Padre. Tu descendencia será larga, pues ahora hay nueve retoños de aquellas tres ramitas iniciales, pero también te confié un retoño, que aunque no es de tu tronco, ha sido injertado en ti, así es que tienes cuatro ramas, algún día, si mi Padre lo dispone, también te dará retoños y vendrán a enriquecer mas tu vida.

Ahora ya estás mas cercano a mi y cuando rezas mi corazón reboza de alegría, es como un perfume exquisito que llega hasta nuestro Padre pasando por mi, y ten por seguro de que todo lo que le pides es escuchado, solo que los tiempos del Padre no son los tiempos tuyos, por lo tanto, sigue el consejo de mi Madre: Haz lo que yo te digo.

Ama a Dios por sobre todas las cosas. Ama a tu prójimo como yo te amo a ti. Sé caritativo y misericordioso y sigue orando y no olvides que siempre te espero en la Sagrada Eucaristía y te me doy como alimento santo. Ten confianza en mi, pues yo soy el Camino para llegar al Padre.

Hasta siempre con mi amor.

+Jesús

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