En esos tiempos, Jesús
Dijo para sus oyentes:
Lo que el Padre reveló
Lo hizo a los menos sapientes.
Padre Santo, en tu sapiencia
Pusiste en mis manos todo
Lo que tengo en mi presencia,
Para cuidarlo a mi modo.
Después, Jesús, invitaste
Al que se sienta agobiado,
Que recargue en ti su carga
Y se sienta liberado.
Tú mismo nos invitaste
A dejar en ti las penas,
Para encontrar el alivio
Con paciencia y humildad.
Cuando a ti nos acerquemos
De manera humilde y sana,
Veremos que el yugo es bueno
Y tu carga muy liviana.
Sergio Amaya S.
Sep 26/2003
Acapulco, Gro.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario