martes, 21 de octubre de 2008

Mi yugo

(Mt 11, 25-30)

En esos tiempos, Jesús
Dijo para sus oyentes:
Lo que el Padre reveló
Lo hizo a los menos sapientes.

Padre Santo, en tu sapiencia
Pusiste en mis manos todo
Lo que tengo en mi presencia,
Para cuidarlo a mi modo.

Después, Jesús, invitaste
Al que se sienta agobiado,
Que recargue en ti su carga
Y se sienta liberado.


Tú mismo nos invitaste
A dejar en ti las penas,
Para encontrar el alivio
Con paciencia y humildad.

Cuando a ti nos acerquemos
De manera humilde y sana,
Veremos que el yugo es bueno
Y tu carga muy liviana.

Sergio Amaya S.
Sep 26/2003
Acapulco, Gro.

No hay comentarios.: