martes, 15 de julio de 2008

El Camino del Rosario

EL CAMINO DEL ROSARIO


Rezar el Santo Rosario es recorrer y meditar en la vida de Jesús, desde la Anunciación, hasta su gloriosa Resurrección, así como hacerse presente en el Cenáculo cuando el Espíritu Santo confirma el nacimiento de la Iglesia de Cristo. Tan profunda experiencia la hacemos de la mano y bajo la guía de la Santísima Virgen María; así mismo, contemplaremos Su gloriosa Asunción al cielo y Su coronación como Reina del Cielo y de la Tierra.



En nuestra vida actual, tan vertiginosa y llena de problemas y contratiempos, de hambre, guerras y miseria humana, de vicios y materialismo, qué saludable es para el alma y el cuerpo tomarse unos minutos para contemplar la vida y el caminar de nuestro Divino Redentor. Como todo el Camino de la Salvación, se inicia con una petición de perdón por nuestros pecados y profundo y sincero arrepentimiento mediante el Acto de Contrición.



Después de proclamar la Gloria de la Santísima Trinidad, tomados de la mano de María iniciaremos nuestro camino tras las huellas de Jesús; oramos al Padre mediante la oración que Jesús nos enseñó y proclamamos los primeros Misterios; después de rezar el Padre Nuestro, (cuenta grande), rezaremos 10 Ave Marías, (cuentas chicas). Se puede rezar solo, en ese caso, uno mismo responde; o dos o mas personas, en cuyo caso, uno será el guía, quien hará la primera parte y el resto de fieles rezarán los complementos.



ORACIONES INICIALES:

(Guía) -Ave María Purísima.
(Todos) -Sin pecado concebida.

Acto de Contrición (todos)

-Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, me pesa de todo corazón haber pecado, porque te he ofendido a Ti que eres bondad infinita, a quien amo sobre todas las cosas; propongo firmemente, con tu Gracia, enmendarme y alejarme de las ocasiones de pecar, confesarme y cumplir la penitencia. Confío me perdonarás por tu infinita misericordia. Amén.

(1) Abre Señor mis labios y proclamaré tu alabanza.
(2) Atiende a mi sin tardanza, dame tu auxilio y favor.

(1)“Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo”,
(2)“Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos”
Amén.

(1) “María Madre de Gracia, Madre de misericordia”
(2) “En la vida y en la muerte, ampáranos Gran Señora”

(Todos) “Oh buen Jesús, ten misericordia de nosotros, perdona nuestro pecados y líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las mas necesitadas de tu Misericordia”. Amén.

En seguida anunciamos los “Misterios”

(Guía) –Los Misterios que vamos a meditar el día de hoy son los ..... (Según el día)

MISTERIOS GOZOSOS (Se rezan los lunes y sábados)

- Primer Misterio: El anuncio del Ángel Gabriel a la Santísima Virgen María



Este Misterio nos lleva a la apacible aldea de Nazareth, lugar donde habita una joven virgen llamada María y prometida a José, el carpintero, doncella elegida por Dios para la Encarnación de Su Hijo. Seremos testigos del mayor acto de fe: la aceptación de María a la voluntad del Padre; escucharemos al Ángel Gabriel anunciando a María: “Salve, llena de gracia, el Señor está contigo, darás a luz un niño, al que pondrás por nombre Jesús”.

(1) “Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo”,
(2)“Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos”
Amén.
(1) “María Madre de Gracia, Madre de misericordia”
(2) “En la vida y en la muerte, ampáranos Gran Señora”

(Todos) “Oh buen Jesús, ten misericordia de nosotros, perdona nuestro pecados y líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las mas necesitadas de tu Misericordia”. Amén.

Segundo Misterio: La visita de la Santísima Virgen María a su prima Santa Isabel



Caminaremos con ella por las montañas de Judá hasta la casa de su prima Isabel, quien ha sido elegida por Dios como madre del Precursor, no obstante su avanzada edad. Escucharemos el gozoso saludo de su prima: ¡Bendita tú entre las mujeres y Bendito el fruto de tu vientre!. Recordaremos con María su fervorosa respuesta: “Proclama mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador, porque se fijó en su humilde esclava, y desde ahora todas las generaciones me llamarán feliz”.

(1) “Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo”,..... (Se repiten las oraciones)

- Tercer Misterio: El nacimiento del Niño Jesús



Después estaremos con María y José en el establo de Belén y viviremos el nacimiento del Emmanuel anunciado por el Profeta y espiritualmente nos uniremos al coro angelical para cantar: “Gloria a Dios en el Cielo y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”.

(1) “Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo”,..... (Se repiten las oraciones)

- Cuarto Misterio: La Presentación del Niño Jesús en el Templo

Poco después estaremos a las puertas del Templo, donde el anciano Simeón profetiza el final de Jesús y el dolor tan grande que aguarda a la Madre.

(1) “Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo”,..... (Se repiten las oraciones)

- Quinto Misterio: El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo

Finalmente, tras varios años de una vida común en un niño judío de su época, nos angustiaremos con María y José ante la pérdida de su hijo, pero viviremos también el gozo de hallarlo en el Templo, atendiendo los “asuntos de su Padre”.

(1) “Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo”,..... (Se repiten las oraciones)

Durante la meditación de cada uno de estos Misterios, iremos rezando las “Avemarías”; diez alabanzas a la Virgen María y diez peticiones para su intercesión por nosotros, en la vida y a la hora de nuestra muerte.

MISTERIOS LUMINOSOS (Se rezan los jueves)

- Primer Misterio: El Bautismo de Jesús en el Jordán

Han pasado poco mas de veinte años y tomados de la mano de María Santísima, llegaremos a las orillas del Jordán, donde Juan el Bautista llama al arrepentimiento y bautiza con agua. Ve llegar a Jesús y reconociendo su grandeza, no se siente digno de bautizarlo, pero Jesús insiste y, al momento de hacerlo, se abre la Gloria del Cielo y en tanto el Padre nos dice que Jesús es Su Hijo amado, en quien tiene puestas sus complacencias, el Espíritu Santo desciende y se posa sobre Jesús.

- Segundo Misterio: Las bodas de Caná

Poco después compartiremos la alegría de la Madre y el Hijo, quienes junto con sus amigos, asisten a una boda en Caná; presenciaremos el primer milagro, cambiando el agua en vino de gran calidad y escucharemos el llamado de María para que hagamos lo que Él nos pida.

- Tercer Misterio: El anuncio del Reino de Dios

Guiados por María, iremos con Jesús y sus Apóstoles por las riveras del Jordán y del Lago de Genezareth, escuchando el Anuncio del Reino de Dios y el Camino de la Salvación. Junto con Jesús estaremos en la sinagoga de Cafarnaum; lo escucharemos predicar en el monte y decir las Bienaventuranzas; compartiremos el pan y los peces de la multiplicación; contemplaremos la alegría de Martha y María, ante la resurrección de su hermano Lázaro. Presenciaremos la cura de los leprosos, la recuperación de la vista de los ciegos, la expulsión de los demonios.

- Cuarto Misterio: La Transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo

Ascenderemos con Él al Monte Tabor, para que junto con Pedro, Santiago y Juan, contemplemos la Transfiguración del Señor.

- Quinto Misterio: La institución de la Santa Eucaristía

Ya la Pascua está cerca, María nos lleva ahora a la entrada de Jerusalén, para que junto con todos agitemos nuestras palmas al paso de Jesús, que montado en un asno, hace su entrada triunfal. Sus amigos, siguiendo las instrucciones del Divino Maestro, arreglan el lugar donde comerán el cordero pascual.

Reunidos todos sus íntimos y una vez fuera quien habría de entregarlo, contemplaremos la Institución de la Santa Eucaristía, la misma que compartimos con nuestro Sacerdote en cada celebración.

Igual que en todos los Misterios, meditaremos, al rezar las “Avemarías”, en cada uno de ellos, aclamaremos a María, nuestra Santa Madre y seguiremos rogando por su intercesión.

MISTERIOS DOLOROSOS (Se rezan los martes y viernes)

- Primer Misterio: La oración de Jesús en el huerto

María nos lleva ahora al Monte de los Olivos, Jesús está en oración rodeado de sus fieles seguidores, es tanto el sufrimiento que siente ante los acontecimientos que vienen, que dice al Padre: “Padre, si quieres, evítame este trago, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”; la angustia vivida, hace que su rostro sude sangre, que llega hasta el suelo.

- Segundo Misterio: La flagelación de Nuestro Señor Jesucristo

Ante el señalamiento de Judas, una tropa del Templo lo hace prisionero, lo llevan ante Caifás, ante Pilatos que lo remite a Herodes, quien finalmente lo regresa a Pilatos, quien bajo la presión de los fariseos y el populacho, lo manda azotar. Castigo bárbaro, cruel y sanguinario: después de las varas flexibles y ante el sádico regocijo de la chusma, le aplican el flagelum, que en el clímax de la crueldad, le arranca tiras de piel; nos llora el alma, igual que a María, ante el terrible castigo aplicado a Su Hijo.

- Tercer Misterio: La Coronación de espinas

Jesús es arrastrado a otro patio, donde, ante la burla de la soldadesca, es coronado de espinas; en medio de insultos y burlas, lo cubren con un manto rojo y por cetro le dan una caña.

- Cuarto Misterio: Jesús con la Cruz a cuestas

Despojado nuevamente de tal vestidura, es cargado con una pesada cruz; Jesús está debilitado por tanto castigo y cae por tres veces, hasta que un espectador, venido de Cirene, le ayuda a llevar el madero.


- Quinto Misterio: La crucifixión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo

Ya estamos en lo alto del Gólgota, dos personas se hallan ya crucificadas, Jesús es desnudado y acostado en la cruz, con saña inaudita sus santas manos y benditos pies son traspasados por burdos clavos. María nos toma de las manos para que contemplemos y meditemos en cómo su amado Hijo entrega su vida por nosotros. Poco antes de morir y en un gesto de infinita bondad y misericordia, nos entrega a María como nuestra Bendita Madre. La tierra tiembla, el cielo se obscurece, las tinieblas cubren la tierra y los hombres lloran de miedo ante la terrible orfandad en que han quedado.

Hemos meditado y rezado con María; cada oración del “Avemaría” nos ha permitido meditar y contemplar estos sucesos dolorosos en la vida de Jesús. Seguimos rogando a María para que no nos desampare e interceda por nosotros.


MISTERIOS GLORIOSOS (Se rezan los miércoles y domingos)

- Primer Misterio: La Resurrección del Hijo de Dios

Estamos tristes, pero tomando ejemplo de nuestra Santa Madre y guía, tenemos esperanzas en las promesas de Jesús. Junto con ella y sus seguidores, oramos en el cenáculo. De pronto todo es movimiento y desconcierto, alguien llama y Pedro y Juan salen presurosos, nosotros vamos en pos de ellos y llegamos hasta el huerto de José de Arimatea, donde está el sepulcro de Jesús, se encuentra abierto y entonces nos enteramos: Jesús ha resucitado, estos tres días de angustia y dolor han terminado. Jesús penetra al cenáculo, aún cuando las puertas están cerradas. Otros narran que han caminado con Él en el camino de Emaús, lo han hospedado sin reconocerlo y sus ojos se han abierto al momento de partir el pan. Otros mas han compartido con Él un pescado asado y al fin ordena a sus Apóstoles y Discípulos que se mantengan en oración y no salgan de Jerusalén, pues pronto serán bautizados con fuego.

- Segundo Misterio: La Ascensión al Cielo de Nuestro Señor Jesucristo

Poco después, y siempre de la mano de la Santísima Virgen María, meditaremos, junto con los Apóstoles y prosélitos, cómo Jesús Resucitado asciende al Cielo, hasta que se pierde de vista.

- Tercer Misterio: La venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles y la Santísima Virgen María

Días después, y siguiendo el mandato de Jesús, estaremos en el Cenáculo, junto con los Apóstoles, los discípulos y, desde luego, María, la Santa Madre. Todos se encuentran en oración, cuando de pronto se escucha un viento fuerte y unas como lenguas de fuego se posan sobre las cabezas de los asistentes, es el Espíritu Santo, que desciende sobre ellos, como lo ofreció Jesús. Todos saltan y bailan de gozo, ante las miradas de quienes piensan que están llenos de mosto. Hablan diversas lenguas, predican el Evangelio y ese día bautizan como a 3000 personas.

- Cuarto Misterio: La Asunción al Cielo de la Santísima Virgen María

Han pasado los años y María Santísima guarda todos estos recuerdos en su corazón y los medita. También los comparte con nosotros. Nuestra Santa Madre se queda dormida y un grupo de ángeles la llevan al Cielo en cuerpo y alma.

- Quinto Misterio: La Santísima Virgen María coronada como Reina del Cielo y de la tierra
En medio de coros celestiales es recibida por su Bendito Hijo y es coronada como Reina del Cielo y de la tierra.

Hemos terminado nuestro recorrido meditado en la vida de Jesús. La mano amorosa de María nos ha guiado paso a paso.

Al terminar la última “Ave María”, repetimos las oraciones que hicimos al iniciar los “Misterios”:

(1) “Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo”,
(2) “Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos”
Amén.
(1) “María Madre de Gracia, Madre de misericordia”
(2) “En la vida y en la muerte, ampáranos Gran Señora”
(Todos) “Oh buen Jesús, ten misericordia de nosotros, perdona nuestro pecados y líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las mas necesitadas de tu Misericordia”. Amén.

En este momento, podemos dar gracias al Padre, encomendarle a nuestros seres queridos y hacer nuestras peticiones, todo ello en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo. Posteriormente rezamos el “Padre Nuestro”.

(Todos) “Padre nuestro, que estás en los Cielos... etc.

Después de este “Padre Nuestro” (cuenta grande), tenemos 3 cuentas chicas.

Rezamos tres “Avemarías”.......

1) Dios te salve, María Santísima, hija de Dios Padre, en tus manos encomiendo mi fe para que la ilumines; (Guía)“Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. (Todos) Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte”. Amén

2) Dios te salve, María Santísima, Madre de Dios Hijo, en tus manos encomiendo mi esperanza para que la alumbres; (Guía)“Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. (Todos) Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte”. Amén

3) Dios te salve, María Santísima, Esposa de Dios, Espíritu Santo, en tus manos encomiendo mi caridad para que la inflames; (Guía)“Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. (Todos) Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte”. Amén

Concluimos nuestras oraciones alabando a María con la siguiente oración:

(Todos) “Dios te salve María, Templo, Trono y Sagrario de la Santísima Trinidad, virgen concebida sin la culpa original. Dios te Salve, Reina y Madre, madre de misericordia, vida y dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve; a ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas; ea pues, Señora Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre, oh Clemente, oh Piadosa, oh dulce siempre Virgen María.
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de Nuestro Salvador Jesucristo”. Amén.

(Guía) -Ave María Purísima.
(Todos) -Sin pecado concebida.

Podemos concluir rezando todos la siguiente oración:

“Infunde Señor tu Gracia en nuestros corazones, a fin de que habiendo conocido por el anuncio del Ángel la Encarnación de Tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y su Cruz podamos llegar a la Gloria de la Resurrección, por el mismo Jesucristo Nuestro Señor”. Amén.

“Dulce Madre, no te alejes, tu vista de mi no apartes, ven conmigo a todas partes y nunca solo me dejes; ya que me proteges tanto, como verdadera Madre, haz que me bendiga (persignándose) el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo”. Amén.

No olvidemos las promesas de la Santísima Virgen María, en el sentido de que quien rece con fervor el Santo Rosario, será cubierto de bendiciones, y el día de su muerte será llevado por Ella a la presencia de su Santo Hijo: Cristo Jesús.

Sergio Amaya S.
Diciembre 6 de 2004


Te invito, hermano(a) a que hagas 5 copias y las des a otros tantos Católicos, a fin de extender la sana costumbre de rezar el Santo Rosario, para que, de la mano de la Santísima virgen María, tengamos presente a nuestro Señor Jesucristo. Si no te es posible hacerlo, no importa, lo verdaderamente importante es que tú sí lo reces. Gracias.

No hay comentarios.: